sábado, 13 de diciembre de 2014

Olores

¿Nunca os ha pasado que al oler algún aroma os ha traído recuerdos?Aunque sean muy lejanos y distantes estoy segura de que en algún momento lo habéis experimentado.
Pues esto, justo esto es lo que me ha pasado a mi este mediodía; a la hora de la comida me he hecho un plato de espirales de colores con jamón york, queso y tomate, al oler su aroma me he acordado de los mediodías con mi padre y mi abuela en el pequeño piso donde veraneaba esta, allí hacíamos "concursos de comida"(principalmente comiendo el plato anteriormente descrito) mi padre y yo mientras mi abuela nos miraba con una dulce sonrisa .

No he podido evitar que me inundara un triste pensamiento "nunca volveré a aquellos días, ninguno de los dos estará conmigo nunca más".Las lágrimas han brotado de mis ojos sin querer al recordar aquellos momentos e instantáneamente me ha venido a la memoria la última vez que vi a mi abuela, aquel viaje que hice a su país.

Realicé el viaje sabiendo que seguramente era la última vez que la veía, es verdad que en los años posteriores a la muerte de mi padre nuestra relación se había hecho amarga, más bien había desaparecido casi por completo, pero en el fondo seguía siendo mi abuela y la quería, no quería perder la oportunidad de decírselo. Al llegar allí me encontré con mis tíos y estos nos llevaron al hospital donde estaba mi abuela ingresada, al verme esta se puso a llorar de felicidad , ella no sabía que iba a visitarla, y me dijo una frase que nunca olvidaré " este es el mejor regalo de navidad que me han hecho nunca ",La abracé con todas mis ganas y empecé a llorar, me arrepentí mil veces de no haber ido a verla antes, deseaba recuperar tantos años perdidos... nuestra amor era mutuo pero ninguna de las do dijo nada hasta ese momento, que tontas fuimos .
Pasé la tarde en el hospital con ella, hablando de aquellos días en el piso, con mi padre, como una familia de verdad y lo mucho que lo echábamos de menos ...

A la mañana siguiente volví a España con un precioso sentimiento, orgullosa de haber ido, feliz de haberme reconciliado con mi pasado y aun más de haber podido ver, aunque sea la última vez, a alguien tan preciado para mí.

Pasaron dos días y nos llamó mi tía para decirnos que mi reencontrada abuela había fallecido.


Es curioso ver como ese olor mueve mi corazón y me hace experimentar ese sabor agri-dulce de mis recuerdos, dejándome aturdida y nostálgica a causa de mis memorias.

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